lunes, 31 de agosto de 2009
Nostalgia
Hay despedidas que te rompen el corazón
y hay heridas que vuelven a sangrar,
aparece la lluvia repentina
de un llanto que no para
y te inunda los ojos,
y te inunda las manos,
y las caricias se apagan,
y las sonrisas se cansan.
Y ya no quedan días por contar,
porque ya no hay ansiedad,
las horas son iguales,
los soles parecidos,
las lunas aburridas,
el cielo, un espacio extraño
que suele darte soledad
y regalarte alguna luz,
cuando ya ni la oscuridad
sirve para pensar.
Hay historias que se marcan
para siempre en las líneas del pasado,
hay palabras, hay recuerdos,
hay canciones que se callan en los labios
y que se escapan,
y que se esconden,
para que a nadie se le ocurra cantarlas
y revolver el ayer
con esa felicidad que no se repetirá,
al menos no con la misma sonrisa.
Y el tiempo pasa por todos lados,
y las despedidas se acumulan
en el alma,
y las distancias se agrandan
en el corazón,
y no hay lugar para las lágrimas
ni para los miedos,
se vuelven intrascendentes,
se congelan en el aire,
no transcurren
ni se salvan de esta vida,
solo quieren volver.
domingo, 16 de agosto de 2009
Me quedo ahí
Me quedo ahí
en esas tardes de paz
en las que no teníamos tiempos,
en esa diversión
de palabras compartidas.
Me quedo
en tu voz exacta
de color sereno,
en los enojos
transformados en sonrisas.
Me quedo
en tu felicidad
clara y sensible,
en tu alegría
simple y dulce.
Me quedo ahí,
suspendido en el espacio
que queda entre
mi vida y los sueños,
taciturno, dormido,
buscándote, queriéndote,
inventándome la historia repetida
de encontrarte.
Me quedo ahí,
en ese rincón eterno
del atardecer
que me trae tu imagen
en forma de versos.
en esas tardes de paz
en las que no teníamos tiempos,
en esa diversión
de palabras compartidas.
Me quedo
en tu voz exacta
de color sereno,
en los enojos
transformados en sonrisas.
Me quedo
en tu felicidad
clara y sensible,
en tu alegría
simple y dulce.
Me quedo ahí,
suspendido en el espacio
que queda entre
mi vida y los sueños,
taciturno, dormido,
buscándote, queriéndote,
inventándome la historia repetida
de encontrarte.
Me quedo ahí,
en ese rincón eterno
del atardecer
que me trae tu imagen
en forma de versos.
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