Te espero...

Se me ha hecho compañera la tristeza,
la nostalgia deja marcas en mi cuerpo,
cicatrices la melancolía,
la añoranza ha fijado su bandera en mi pecho
y es la locura una forma de supervivencia,
a la espera de tu presencia.

Si pudiera tener aquí hoy
tus dedos dibujando fantasías por mi piel
y tu aliento encendiendo una llama
en lo más hondo de mi ser.

Dime cuanto tardaras en regresar

y te diré el momento exacto
en que el se da la felicidad…

Lo que siento

¿Basta decir que te siento en cada fibra de mi alma?
o debo decir que te encuentro en cada rincón de mi cama,
en mis libros de poesía,
en el café de la mañana,
que te cuelas en las noches
y reposas en mi almohada…

Como quisiera...

Como quisiera desaparecer la distancia
y no sentir el camino que hostiga,
sintiendo en silencio las horas impacientes que vendrán
intentando retomar el vuelo y acércame a ti,
convirtiéndome en tus ojos y llenar tu alma de mi,
llenarme de tu esencia y sin tiempo amarte,
amarte, en los adentros,
confundiéndose tu latido con mi latido,
convirtiendo mi existencia a tu existencia,
donde mi amor y mi húmeda esperanza hagan nido,
formando así sólo un cuerpo ardiente
y una piel a flor de alma,
en donde nuestro corazón se agite
cada vez que se pronuncia la palabra te amo...

La gama de aquellos a quienes podía llamar amigos está cada vez mas vacía... ¡Acuso a la intolerancia!

Tu recuerdo

Me gusta el hecho de tenerte cerca
aun cuando no estás conmigo
y el poder oír el eco de tu voz
en la ensimismada tristeza de mis días.

Me gusta el hecho de que tornes tu vista en mi,
aun cuando esos dos rayos de luz no se dirijan
a ilusionar este corazón.

Me gusta el hecho de que tus palabras
resuenan en mis oídos como revolotean las alas
de las mariposas sobre los capullos de noches hermosas.

Sin embargo, me atrapa la melancolía
cuando siento mezclarse en mi cara
la lluvia con mis lagrimas,
muriendo lentamente en mi alma
tu recuerdo que aun vaga en mi mente.

Si pudiera pasar la vida envuelto en tus caricias,
si cada beso hiciera de la vida una eternidad,
y de la distancia un simple polvo de estrellas...

Ausencia

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.

Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido,
iguales a luces en el día.

Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.

¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?

Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.


Jorge Luis Borges

Tristezas

¿Qué se hace en las noches solitarias con el corazón roto y el alma encadenada al vacio de la soledad?