A veces no hay más luces,
ni acá, ni allá, ni más atrás.
Y nos perdemos, nos asustamos,
hasta que al fin despertamos...
Y nos perdemos, nos asustamos,
hasta que al fin despertamos...
Y estamos acá,
seguimos en este escenario
repetido, conocido, igual...
y nos aliviamos,
porque no perdimos nada,
todo está en su lugar,
todo mantiene su estructura,
y caminamos, y reímos, y avanzamos
y no importa de que está hecho el tiempo
respondemos a la rutina y a las horas,
y nos conformamos,
y nos callamos,
y esquivamos el dolor llorando por dentro,
y nos escondemos de lo que puede lastimar,
y nos cuidamos de no quedar mal,
y sonreímos,
y nos olvidamos de mirarnos bien,
y queremos cambiar el mundo
cada vez que nos levantamos.
A veces no hay más luces
ni en ese amanecer ni en estos ojos,
pero seguimos,
no vaya a ser que un día no despertemos.
ni en ese amanecer ni en estos ojos,
pero seguimos,
no vaya a ser que un día no despertemos.