Es parte de mi vida
el tener que ir lidiando con la soledad,
la nostalgia, los recuerdos,
es parte de mi voluntad
ser fiel a mis afectos y
mantener la esperanza del amor
hasta el ultimo instante,
hasta ese segundo
en el que el mínimo detalle
se consume en la esencia
de lo que ya no puede ser,
hasta que al fin se compruebe
su inútil existencia.
Hablo de las casi interminables
ilusiones que me persiguen
y desgastan mis días,
de los sueños que tapan mi realidad,
de ese mundo que me contiene,
que me sostiene
y que solo existe para mis ojos.
Hablo de las tinieblas en que
a veces me deja el amor,
desprotegido, en silencio, oscurecido,
como esperando la luz,
como ansiando un regreso,
lejano, improbable,
pero no imposible.
el tener que ir lidiando con la soledad,
la nostalgia, los recuerdos,
es parte de mi voluntad
ser fiel a mis afectos y
mantener la esperanza del amor
hasta el ultimo instante,
hasta ese segundo
en el que el mínimo detalle
se consume en la esencia
de lo que ya no puede ser,
hasta que al fin se compruebe
su inútil existencia.
Hablo de las casi interminables
ilusiones que me persiguen
y desgastan mis días,
de los sueños que tapan mi realidad,
de ese mundo que me contiene,
que me sostiene
y que solo existe para mis ojos.
Hablo de las tinieblas en que
a veces me deja el amor,
desprotegido, en silencio, oscurecido,
como esperando la luz,
como ansiando un regreso,
lejano, improbable,
pero no imposible.
Es parte de mi vida
este transitar constante
atravesando los días
sin detenerme a mirar su sombra,
sin llenarme con la luz de sus cielos,
sin deleitarme con el sonido tierno
y profundo de sus noches.
Es mi vida que se parte en dos,
contemplando la realidad
vanamente por un lado
y buscando incansable,
su único destino el amor eterno,
cierto, inalterable, invencible,
el inmenso y solitario testigo
de todos mis sueños
y la razón mas inmediata
de todos mis pasos.