Desde Cañete-Lima-Perú

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"...Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta. Ojalá pase algo que te borre de pronto: una luz cegadora, un disparo de nievek. Ojalá por lo menos que me lleve la muerte, para no verte tanto, para no verte siempre en todos los segundos, en todas las visiones: ojalá que no pueda tocarte ni en canciones...". Silvio Rodríguez.

martes, 16 de mayo de 2006

La culpa es de uno

Quizá fue una hecatombe de esperanzas,
un derrumbe de algún modo previsto,
ah, pero mi tristeza sólo tuvo un sentido,
todas mis intuiciones se asomaron

para verme sufrir
y por cierto me vieron.

Hasta aquí había hecho y rehecho
mis trayectos contigo,
hasta aquí había apostado
a inventar la verdad,
pero tu encontraste la manera,
una manera tierna
y a la vez implacable,
de deshauciar mi amor.

Con un sólo pronóstico lo quitaste
de los suburbios de tu vida posible,
lo envolviste en nostalgias,
lo cargaste por cuadras y cuadras,
y despacito,
sin que el aire nocturno lo advirtiera,
ahí nomás lo dejaste
a solas con su suerte que no es mucha.

Creo que tienes razón,
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo.

Hace mucho, muchísimo,
que yo no me enfrentaba
como anoche al espejo
y fue implacable como tú
mas no fue tierno.

Ahora estoy solo,
francamente solo,
siempre cuesta un poquito
empezar a sentirse desgraciado.

Antes de regresara mis lóbregos
cuarteles de invierno,
con los ojos bien secos
por si acaso,
miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.

Mario Benedetti

lunes, 15 de mayo de 2006

En silencio

En silencio, sin saberlo, te miro,
y te cuento cosas,
me dueles porque no estás,
porque seguramente duermes,
sin saber que te invento.
Tu cuerpo está de lado dormido,
sin mi, sin mis manos en tu pelo.


Dime dónde debo recostar mi cabeza,
en qué lugar lejos de tu cuerpo
se supone debo escribir estas letras.
Mi llanto está mudo, lejos de ti, de tu piel.
Poco a poco vas muriendo,
conforme se acerca la mañana,
y yo, sin quererlo,
solo por no condenarte a mi muerte,
te escribo.

¿A quién le cuentas que estas triste?
¿qué cosas puedes hacer si no estoy yo contigo?.
Estas letras son más que la intención
de ser la almohada bajo tu cabeza,
merezco ser yo quien te diga esto,
quien mire tu cuerpo dormir:
tus brazos largos, tu piel de mármol,
esa ausencia que siente tu espalda fría
sin mis manos.

Aquí se queda este anhelo,
esta mano que sigue, sin saber por qué,
cómo el barro entre los dedos,
dibujando tu recuerdo.
A estos ojos no se les olvida tu cuello
ese lunar que solo conocías con mis besos.

Te has quedado, para siempre,
cómo si estas paredes nunca te hubieran dejado ir,
cómo si aquella noche que,
(tú no lo sabias)
lloraba en tu vientre, se hubiera detenido,
cómo si al fin de todo,
más allá de estas historia,
tu cuerpo fuera solo un suspiro.

He dejado

He dejado,
para otro tiempo,
mi pasado.

A lo lejos,
cómo una de esas ruinas sin nombre,
he dejado los recuerdos rotos,
esos fragmentos de memoria dónde no estás tú.

De seguro, todo está condenado a repetirse,
vas a dolerme, lo sé, cómo esa certeza de la muerte,
he dejado abierto este laberinto de sueños,
sin mas esperanza que tu cuerpo,
van a sangrar estas manos por escribirte,
he dejado que te vayas, antes de saberlo.

Porque ya todo lo que he tenido que decirte lo he callado,
he dejado a la deriva, al amparo de un horizonte sin destino,
cómo un náufrago que arroja una botella,
esa serie de cosas cuando te miraba en silencio,
a la hora en que me prendía de tu brazo,
a las seis de la tarde de cada día, solo para mirar tus ojos.

He puesto en mi,
tatuado mi piel para que seas imborrable,
estos días que has partido,
que me has hecho falta.
¿Por qué no te encuentro?,
¿dónde estás?, ¿qué haces?,
¿a dónde van mis besos, si estas lejos?,
como una de esas estrellas en la noche,
como esas luces de la ciudad que
parecen contar historias sin recuerdos.
Allá abajo no hay nadie, ese viento frío sopla,
he dejado mi memoria, fragmentos de papel,
para vagar a solas.

Eres todas las noches que te invento,
este dolor que no tiene sitio...

viernes, 5 de mayo de 2006

¿Pasa algo?.

¿Pasa algo? (pregunta seguida de un largo silencio). Y vuelvo a preguntar...y es que me doy cuenta que tu mirada está perdida en otro tiempo. Porque sé que mi voz no te tocó, que no alcanzó a sacarte de ese letargo, y es que el tiempo ha ido tiñendo todo de silencio en las horas que pasamos juntos. ¿Que pasamos juntos?, vamos, a quién engaño, si yo sé que eso ya es parte de una estación pasada, ¿del verano tal vez?. O de hermosas y fértiles primaveras, cuando los días eran más claros y floridos. Al menos mucho más iluminados que los días que tenemos hoy.

¿Pasa algo?, te pregunto, aguantándome la tentación de estallar y en un grito sacarte de ahí... de donde estás ahora. Tan lejos de mí. Y siento ese ruido que me llena y esa voz que intenta empujarme a utilizar toda la artillería de palabras que no te dije, imaginando cuáles son esas palabras que no me dices.

Y te miro... y sé que el abismo se ha instalado entre nosotros. Tú tan escondido en tus pensamientos, y sé... y sé... que estás pensando en esE que fuiste, en eso que dejaste, en eso que perdiste, y sé que estás extrañándote, y sé también que no debo quitarte lo único tuyo... Pero esta voz me impulsa. Y tengo que luchar contra ella...luchar contra mí.

Y vuelvo a preguntar, pero esta vez ya sin la esperanza ni la intención de que me escuches, vuelvo a preguntar, ¿pasa algo?... y sé que la pregunta ya no es para romper tu silencio. La pregunta ya no es para alcanzarte, porque sé que estás lejos...

¿Pasa algo...?. Es la frase que alcanzo a identificar antes de sentir tu mano en mi hombro, sacándome de ahí... quitándome esa escena que parecía soñada, las hojas al viento, unas gotas rozándome y recordándome que podía sentir, y mi mano tibia... y mi corazón latiendo emocionado... Y ahora estoy frente a la ventana; y ahora estás frente a mí...

¿Qué?, ¿si pasa algo?. Nada amor, ¿qué podría pasar?.

Admiro a quienes tienen la virtud de poder plasmar en un escrito, de manera sencilla pero profunda, un momento, una emoción, un sentimiento. Gracias Angelita.