Desde Cañete-Lima-Perú

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"...Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta. Ojalá pase algo que te borre de pronto: una luz cegadora, un disparo de nievek. Ojalá por lo menos que me lleve la muerte, para no verte tanto, para no verte siempre en todos los segundos, en todas las visiones: ojalá que no pueda tocarte ni en canciones...". Silvio Rodríguez.

viernes, 17 de marzo de 2006

Cerrando círculos


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminaste con tu trabajo?, ¿se acabó la relación?, ¿ya no vive más en esa casa?, ¿debes irte de viaje?, ¿la amistad se acabó?.

Puedes pasar mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en rebobinar el casette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tú, yo, tus amigos, tus hijos, tus hermanos, todos estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!. Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te lo reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tu. Suelta el resentimiento, el prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigues es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si tu andas por la vida dejando "puertas abiertas" por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron ... ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, házlo! Si no, déjalo ir, cierra capítulos.

Decirse a uno mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque tu ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Tu ya no eres el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo.

Ni tu serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por uno mismo, el desprenderse de lo que ya no está en su vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir, porque cuando usted vino a este mundo "llegó" sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente, se puede lograr, porque lo repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero... cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la VIDA!

Paulo Coelho